EL GATO SERAFÍN

Aquí está la historia del gato Serafín, para que la próxima vez que la cuente en clase os podáis unir a mí.

"Yo tenía una vez un gato
rubio... blanco...¡¡Tan monín!!
El rabo era así de gordo,
se llamaba Serafín.
¿Qué os creéis? ¿Es que un gato
no puede llamarse así?
Pues de nombre bien bonito.
Estaba puesto por mí.
Casi siempre se dormía,
enroscado en un sillón,
y de lejos al mirarlo
parecía un almohadón.
Viene un día de visita
una amiga de mamá,
tan cortísima de vista,
que no veía hasta allá,
era gorda,... muy gorda,
tan gorda como un balón,
y cada dedo ¡¡Dios Mío!!
parecía un salchichón.
Entra en la sala la señora,
con las gafas sin poner,
y en el sillón de mi gato,
¡¡pumba!! se dejó caer.
Siempre que me acuerdo lloro.
Ya no puedo contar más,
aplastó a mi pobre gato,
por delante, y por detrás,
lo dejó como una torta,
¡tan monín!, ¡tan monín!
Jolines con la señora,
pobrecito Serafín."